Leer no solo es una cuestión de diversión; con la lectura, las jóvenes promueven sus habilidades de liderazgo y la apropiación de sus derechos para apoyar la cohesión social comunitaria. Las comunidades rurales de Guatemala cuentan con bajos niveles de educación, oportunidades limitadas para la juventud y altos niveles de violencia (área de impacto de narcotráfico). Este ambiente de inseguridad provoca la migración como oportunidad de cambio. Por sus condiciones sociales, las jóvenes son las que se perfilan como un grupo de mayor riesgo de exclusión. En la medida en que las adolescentes fortalecen sus capacidades y habilidades de liderazgo, leen, se expresan y se ofrecen espacios de participación para promover sus derechos, aumenta su visibilidad comunitaria y los proyectos que ellas generen propiciarán oportunidades de desarrollo y mejoramiento de su calidad de vida.